El presidente Donald Trump quiere cambiar la forma en que los inmigrantes llegan a los Estados Unidos, pero en el proceso también le ha abierto la puerta a cerca de un millón de personas para abandonar el país.

Así lo reveló un análisis de las decisiones del mandatario hecha por The Huffington Post, donde destaca que eso no ocurrirá pronto, por lo que el problema es peor, ya que dichos inmigrantes enfrentan un “futuro incierto”.

El presidente Trump por ejemplo, ha rechazado la política de recibir refugiados sirios, por lo que el número de admisión es minúsculo, ya que de enero a marzo de este año sólo 11 personas de esa nación en guerra, en la cual participa EEUU, han arribado al país.

El análisis incluye la fuerza de deportación del mandatario, que a través de del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se arrestó a más de 140,000 inmigrantes el año fiscal pasado, mientras se crea una fuerza que tendrá como objetivo detener a decenas de miles más.

El fin de Estatus de Protección Temporal (TPS) para los inmigrantes de Honduras, fue uno de los últimos golpes contra 57,000 hondureños que encontraron refugio en los EEUU después de que el Huracán Mitch destruyó su país en 1998, pero  tendrán que partir o encontrar otro estado legal para 2020.

Esa medida se sumó a las del año pasado, cuando se hizo lo mismo con unos 200,000 titulares de TPS de El Salvador, 46,000 de Haití, 9,000 de Nepal, 2,500 de Nicaragua y 1,000 de Sudán, y para 4,000 liberianos.

El mayor golpe, hasta ahora, ha sido contra los 690,000 “Dreamers”, a quienes el presidente Trump puso en el limbro migratorio, tras terminar con la Acción Diferida (DACA), aunque tribunales ordenaran que ese beneficio debe continuar, pero no hay una decision definitiva.

En suma, más de un millón de inmigrantes tienen la puerta abierta, para irse, indica el Post, aunque no sea de inmediato.

Para el año fiscal entrante, que comienza en octubre, los planes del Departamento de Seguridad Nacional, por ejemplo, incluye deportar a unas 450,00 personas.

Eso no signfica necesariamente que el mandatario no quiera inmigrantes en el país, aunque su plan es que ingresen de diferente forma y, como afirma, por “méritos propios”, como recientemente indicó.