La migración como motor de desarrollo en América Latina

  • julio 10,2023

América Latina alberga a más de 41 millones de personas que han migrado de sus países de origen, convirtiendo a la región en el epicentro migratorio del mundo. Estos migrantes tienen distintas motivaciones: algunos buscan oportunidades económicas en otras naciones, mientras que otros escapan de crisis políticas, económicas, sociales y ambientales. Entre ellos, los venezolanos se encuentran en una situación excepcional, siendo considerados como población en necesidad de protección internacional debido a la profunda crisis que enfrenta su país.

La llegada masiva de migrantes ha llevado a los países receptores a tomar medidas extraordinarias para acoger a aquellos que carecen de documentación oficial. Por ejemplo, Colombia ha implementado el Estatuto Temporal de Protección, que otorga derechos de residencia, acceso a servicios y empleo en condiciones equiparables a las de los ciudadanos colombianos durante un periodo de 10 años.

No obstante, además de abordar las necesidades prácticas de los migrantes, es fundamental cambiar la percepción negativa que la población local tiene hacia ellos. La migración conlleva beneficios económicos y demográficos, revitalizando la población y ampliando la base de consumidores. A pesar de ello, persisten estigmas y falsas creencias que deben ser superados para aprovechar plenamente el potencial de desarrollo que la migración puede ofrecer.

Adicionalmente, las mujeres migrantes enfrentan desafíos particulares, como la violencia de género. Muchas mujeres venezolanas han sido víctimas de explotación sexual, trata de personas y acoso, lo cual limita su integración laboral y su desarrollo personal. La regularización migratoria juega un papel esencial en la protección de estas mujeres, brindándoles acceso a empleo formal y servicios de apoyo contra la violencia de género.

Enfrentar la realidad migratoria requiere una visión integral que combine políticas de integración, financiamiento y cambio de mentalidad. Es imprescindible invertir en la sociedad receptora y fomentar una interacción positiva entre migrantes y ciudadanos locales, reconociendo que la migración puede ser un motor para el desarrollo a largo plazo.

Fuente: https://www.bancomundial.org/