Inmigrantes dejan una huella de peso en las empresas más poderosas del país

  • diciembre 8,2017

Un nuevo estudio del Center for American Entrepreneurship muestra cuán grande es el papel que los inmigrantes han jugado en la creación de las empresas más poderosas y con mejores resultados de los Estados Unidos.

 Este documento pone el foco sobre aquellas compañías incluidas en la lista Fortune 500 de 2017 que fueron fundadas por inmigrantes de primera generación o por sus hijos de segunda generación. Y sus hallazgos son increíbles. 

 El estudio apunta a que una hipotética merma del poder laboral de este sector demográfico traería tristes resultados para las finanzas de esta gran nación.

 Exactamente el 43% de las Fortune 500 de la actualidad poseían una primera o segunda generación de inmigrantes entre sus fundadores, a pesar de que solo el 14% de la población de este país nació en el extranjero. De igual manera, casi una quinta parte (18.4%) de estas compañías fueron fundadas por inmigrantes de primera generación, y otra cuarta parte (24.8%) fueron fundadas por sus hijos.

 En total, estas 216 empresas fundadas por inmigrantes representaron unos 5.3 billones de dólares en ingresos globales en 2016, además de emplear a más de 12 millones de trabajadores en todo el mundo.

 Y no nos engañemos: las compañías fundadas por inmigrantes constituyen más de la mitad del grupo de las Fortune 25 (52%) y un 57% de las Fortune 35.

 Dicho esto, contrariamente al tópico sostenido por la administración Trump de que los inmigrantes les usurpan los empleos a los nacionales, costándole por lo tanto mucho dinero a las arcas del estado, estos han creado una cantidad de riqueza mayor que el PIB de Japón, la tercera economía más grande del mundo.

 Vistas según sus razones comerciales, las empresas fundadas en inmigrantes conforman el 46% de todas las compañías Fortune 500 dedicadas a la alta tecnología, el 43% de las mayoristas y minoristas, aproximadamente la mitad de las empresas de bienes de consumo y transporte, el 56% de las empresas industriales y de medios, y casi dos tercios de las empresas Fortune 500 de corporaciones de servicios.

 A lo largo de los Estados Unidos, 68 áreas metropolitanas y cinco áreas no metropolitanas en 33 estados constituyen el hogar de las empresas de Fortune 500 fundadas por inmigrantes o por sus descendientes.

En Wisconsin, Massachusetts, Virginia, Florida, Iowa, y notablemente, Nueva York, la mayoría de las compañías de Fortune 500 se ajustan a esta designación. En Kansas y Delaware, todas lo hacen.

 Por otra parte, los inmigrantes fundaron 31 compañías en Nueva York (56 % de todas las compañías Fortune 500 metropolitanas), 11 en Chicago (50%), 10 en San José (59%), nueve en Houston (45%), ocho en Dallas (42%) y seis en Los Ángeles (50%).

 Sin embargo, las empresas fundadas por inmigrantes no son solo producto de grandes ciudades y áreas metropolitanas. De hecho, estas representan el 45% de las empresas Fortune 500 ubicadas fuera de las áreas metropolitanas de los Estados Unidos.

 Este estudio se suma a la gran cantidad de documentos que muestran que los inmigrantes han impulsado la ciencia, la tecnología, la innovación y las empresas emprendedoras.

 Con casi dos tercios de la totalidad de quienes han recibido los Premios Nobel otorgados a la investigación en Estados Unidos, los inmigrantes representan una gran parte de la fuerza laboral en el sector de la ciencia y la tecnología de este país.

 Además, los inmigrantes han desempeñado un papel importante a bordo de empresas emergentes de alta tecnología, así como en sus contrapartes de Fortune 500 más grandes y establecidas, como miembros de los equipos fundadores de aproximadamente un tercio de todas las compañías respaldadas por capital y más del 40% de las tecnológicas de Silicon Valley.

 Y para asombro de los trumpistas, las grandes metrópolis con mayores porcentajes de inmigrantes ostentan mayores tasas de innovación, mayores concentraciones de negocios de alta tecnología, mayores ingresos y salarios, así como más economías basadas en el conocimiento.

 De hecho, las economías de las principales urbes, como el Área de la Bahía de San Francisco, Miami, Nueva York, Los Ángeles, Houston, Seattle y Washington D.C., dependen literalmente de los inmigrantes que forman una gran parte de sus bases de talentos altamente capacitados y altamente calificados.

 Y esto no es nuevo: los inmigrantes han impulsado el crecimiento de ciudades y regiones de Estados Unidos durante el último siglo o más.

 

 

Fuente: Telemundo