Ger, un pueblo casi vacío por la migración irregular

  • agosto 3,2015

Parece que la comunidad indígena de Ger (Cañar) estuviera condenada a la desaparición. El poblado tiene grandes viviendas de bloque, pero la mayoría está deshabitada y sus huertas abandonadas. La migración persiste.

De este poblado indígena de la parroquia Gualleturo, cantón Cañar, es oriundo Freddy Lala Pomavilla, el sobreviviente de la matanza de 72 migrantes de centro y sur América en Tamaulipas, México, por un grupo armado del narcotráfico identificado como el cartel de los Zetas.

Ocurrió el 22 de agosto del 2010, cuando los migrantes intentaban cruzar la frontera para llegar a Estados Unidos. Aquella vez, Freddy Lala contó que el camión en el que viajaban fue secuestrado por hombres armados. Como no traían dinero les ofrecieron trabajar para ellos a cambio de USD 1 000 por quincena.

Nadie aceptó. Entonces fueron colocados contra la pared de un galpón, vendados los ojos, atados de pies y manos y con la cabeza agachada. Así comenzaron a dispararles en la cabeza. Entre las víctimas había menores de edad.

Esta es una de las múltiples amenazas que enfrentan los migrantes en sus travesías, dice el fiscal de Cañar Romero Gárate. A esta se suma las violaciones, extorsiones, abandono, enfermedades, mala alimentación, las bruscas temperaturas, entre otros.

El hallazgo de 58 hombres y 14 mujeres asesinados (también niños) por la espalda, y sus cuerpos apilados a la intemperie conmocionó al mundo. Entre las víctimas estaban los ecuatorianos Leonidas Yupa, Elvia Pasochoa, María Tipantaci, Cristian Caguana y Rosa Panza.

Aún hay 11 cadáveres sin identificar por las autoridades mexicanas y permanecen en un anfiteatro de ese país. A Freddy la bala le entró por el cuello y salió por la mandíbula. Allí, dado por muerto, terminó dos meses de travesía. Cuando los desconocidos se marcharon, dejó el lugar, caminó 22 km hasta un retén de la Armada y alertó del hecho.

Pero estos macabros sucesos no atemorizaron a los vecinos de Ger. Según Luz María O., de 80 años, más de 60 personas se marcharon en los últimos cinco años. En esa lista está su hija Hilda, quien migró a finales del 2014 y le encargó a sus dos hijos. "Quiero que regrese, pero no me atrevo a pedirle".

Lady Sarmiento coordina los trabajos del Municipio con la parroquia Gualleruro. Por información de un dirigente supo que 40 habitantes de Ger han migrado en los últimos cinco años, pero ella cree que son más. "Cuando un miembro de la familia se va no lo dicen por temor".

A simple vista se ven más casas que gente. Se calcula que allí viven menos de 300 personas. A finales del este año, el Municipio levantará un censo sobre este tema en las parroquias. Entre los últimos migrantes está Sonia Lala, cuñada de Freddy, quien abandonó Ger en mayo pasado. Todos se van a la suerte, porque no hay empleo, dice Sarmiento.

La migración cambió la geografía del pueblo, pero no hay mejoras en los servicios: el agua es entubada, la telefonía es deficiente, las vías de acceso y calles están en mal estado y la escuela donde se educan 158 niños se ve deteriorada.

Hace dos meses, Alejandro Huerta, de 22 años, regresó a Ger 10 años después de vivir en Estados Unidos. "El pueblo ha crecido por los migrantes, pero no hay obras. Las carreteras siguen siendo de tierra".

En ese entorno se levantan casas de dos y tres pisos, pero la mayoría está vacía.

La vida de Freddy Lala ingresó al Programa de Protección de Víctimas y Testigos de la Fiscalía en el 2010. La razón: en las indagaciones de este caso se vinculó la matanza de los 72 migrantes con el cartel de los Zetas, en México.

Por este hecho, en agosto del 2012, en Cañar se sentenció a Jorge V. a 12 años de reclusión mayor extraordinaria, por tráfico ilegal de migrantes. En las audiencias, Lala reconoció que con este hombre pactó el viaje a EE.UU. por USD 11 000.

Alfredo Lala dijo que su hermano Freddy no está reintegrado totalmente a sus actividades diarias.

La razón es que la bala que ingresó por su cuello le afectó internamente y tiene dolencias en la columna. "No puede hacer mucho esfuerzo físico". Por eso está pendiente otra cirugía, pero no hay la certeza que quede bien", dice Alfredo.

En la actualidad, él vive de la ganadería y casi siempre le acompaña su esposa. Prefiere no recordar los episodios vividos en Tamaulipas, ni dentro ni fuera de la familia, porque le afectan a su tranquilidad.

A Ger ha llegado en algunas ocasiones para visitar a sus familiares. Zaida, una pariente cercana, contó que en una ocasión cuando le pidieron un consejo para viajar se limitó a decir que "es decisión de cada persona si decide migrar".

Cañar

5 años pasaron de la masacre en Tamaulipas, de la cual sobrevivió un ecuatoriano.

En contexto

La Fiscalía convocó a los familiares de emigrantes que habrían desaparecido durante su travesía hacia EE.UU., mientras transitaban por México entre el 1 de enero y el 23 de agosto del 2010. El pedido es que aporten con datos relevantes sobre estas personas.

El Comercio