A las 14:45 (19:45 GMT) aterrizó en el aeropuerto de Tababela, en el nororiente de Quito, el Airbus A330-202 de Alitalia, que trasladó desde Roma al papa Francisco.

En la cremonia de bienvenida, que durará media hora, estará presente el presidente Rafael Correa acompañado de su esposa, Anne Malherbe. También asisten otras autoridades del Estado.

Paralelamente, en las calles, miles de ciudadanos aguardan desde tempranas horas el paso del pontífice por el trayecto que llevará al papa latinoamericano hacia la Nunciatura, situada en el norte de Quito.

Francisco, de 78 años y quien estará en Ecuador hasta el miércoles, ofrecerá allí su primer mensaje a Sudamérica, adonde regresa tras participar en 2013 en Brasil en las Jornadas Mundiales de la Juventud.

América Latina concentra a la mayoría de los 1.200 millones de católicos en el mundo.

"Quiero ser testigo de esta alegría del evangelio y llevarles la ternura y la caricia de Dios, nuestro Padre, especialmente a sus hijos más necesitados, a los ancianos, a los enfermos, a los encarcelados, a los pobres, a los que son víctimas de esta cultura del descarte", anticipó el papa antes de empacar maletas.

En su noveno viaje al exterior, que se extenderá hasta el 12 de julio, Francisco pasará por Ecuador, Bolivia y Paraguay, países de mayoría católica y con un historial de pobreza y desigualdad que castiga principalmente a la población indígena.

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