Del estero Salado al río Guayas, un paseo por la historia y el presente de la avenida 9 de Octubre

  • octubre 9,2013

Antes fue tierra, luego asfalto y ahora adoquín. En sus veredas, las tradicionales casas de balcones adornadas con balaustres y persianas de madera dieron paso a los imponentes edificios de cemento, hierro y vidrio.

Son dos kilómetros que unen al estero Salado, en su extremo oeste, y al río Guayas, en el este, y que cuentan en cada tramo la historia misma de la ciudad que alberga al puerto más importante del país.

Su nombre, 9 de Octubre, eterniza la fecha en que se la ciudad del cerro Santa Ana se independizó del yugo español en 1820 y que dio paso a la independencia de lo que ahora es el territorio ecuatoriano.

Esta tradicional arteria guayaquileña, puede recorrerse desde su extremo oeste, en el puente Cinco de Junio, donde el manglar y el estero se abren paso en medio del cemento. Este sitio es preferido por quienes huyen del bullicio y buscan un paseo reconfortante por el malecón, en medio de la vegetación y bañados por la brisa marina del Salado.

En esta zona está el legendario Guayaquil Tenis Club; la regenerada plaza Rodolfo Baquerizo, antes parque Guayaquil, preferido para el encuentro amoroso de parejas, pero también de protestas de estudiantes universitarios contra las políticas de gobiernos pasados.

Por su influencia universitaria, en el área, hasta la calle Tungurahua, predominan los restaurantes, bares y librerías.

Una cuadra más adelante, en la manzana comprendida entre Carchi y Tulcán resalta el museo Presley Norton, ubicado en la tradicional Villa Rosa Herlinda de apariencia andaluz, que posee una colección arqueológica de unos 8.000 objetos de cerámica, hueso y piedra de la Costa. Este museo debe su nombre al arqueólogo que en las décadas de los setenta e inicios de los ochenta descubrió un sinnúmero de vasijas y figuras de las culturas Machalilla y Valdivia.

Hacia el oriente, el camino continúa por las calles Los Ríos, Esmeraldas, José Mascote, avenida Del Ejército, donde el verdor de la vegetación del parterre central se complementa con edificios como El Marqués y antiguas casas como El Campanario. En esta zona se asientan algunas agencias bancarias, aseguradoras y restaurantes.

En la intersección con la García Moreno destaca el edificio del Consulado de Estados Unidos. Durante la alcaldía del socialcristiano León Febres-Cordero (1992-2000) se interrumpió el tránsito vehicular en esa intersección, ya que se la convirtió en peatonal en los alrededores de la sede diplomática, que además tiene una especie de pantalla metálica que impide el paso de los peatones por sus portales.

En contraste, en la siguiente manzana, en la calle José de Antepara luce imponente Rumiñahui, general indígena ícono de la nacionalidad ecuatoriana, cuya imagen luce impregnada en un mural del edificio que perteneció al Museo Antropológico del Banco Central y posteriormente a la Función Judicial.

Los cruces de las avenidas Machala y Quito son las que soportan la mayor carga de líneas de transporte. En esta zona destacan edificios como el Banco del Estado, la remodelada Corte Provincial de Justicia y la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, donde diariamente hay eventos del arte nacional e internacional.

La calle Pedro Moncayo fue transformada en este año en una avenida de uso exclusivo para la troncal 2 del sistema de transporte Metrovía.

A pocos metros está una de las puertas principales de acceso al tradicional parque Centenario, en cuyo centro sobresale la Columna de los Próceres, en homenaje a los héroes de la Independencia del 9 de octubre de 1820. Este espacio, de unas 20 hectáreas, fue inaugurado en 1920 y se constituye en uno de los principales centros para el encuentro de generaciones de guayaquileños y visitantes atraídos por su arquitectura, sus fuentes de agua y sus árboles nativos.

Al salir del parque el panorama cambia en la avenida 9 de Octubre hasta llegar al río Guayas. En este tramo desaparece el parterre central, el tráfico es más intenso y sus veredas son copadas desde la mañana hasta la noche por una marea de transeúntes.

Este tramo es dominado por los almacenes de electrodomésticos de las principales cadenas ecuatorianas, tiendas de ropa, así como restaurantes, hoteles y sucursales bancarias.

También ha sido el escenario de marchas y concentraciones históricas por reivindicaciones políticas y sociales, así como de multitudinarios festejos de los hinchas de los tradicionales equipos de fútbol de la ciudad: Barcelona y Emelec.

Pasando por Lorenzo de Garaycoa, Rumichaca, García Avilés hasta la tradicional esquina de Boyacá, conocida como Boca-Nueve, el comercio es intenso. Comerciantes informales caminan presurosos ofreciendo agua para aplacar el calor porteño, atentos para evitar ser pescados por policías municipales que muchas veces les retiran la mercadería con la que llevan el sustento a sus hogares.

Desde Boyacá, pasando por Escobedo, Chimborazo, Chile y Córdova se llega a Pedro Carbo, que es la zona financiera de la ciudad, porque allí se concentran la mayoría de oficinas bancarias. Pero en medio de majestuosos edificios yace como un oasis la Plaza Rocafuerte, más conocida como San Francisco, por la iglesia que lleva ese nombre y que se levanta al pie de este regenerado espacio.

Esta plaza es una de las más antiguas de la ciudad. Según historiadores data de 1702, año en que los franciscanos se trasladaron a la 'Ciudad Nueva', denominación que tomó la nueva área donde se extendió Guayaquil desde su nacimiento en el barrio Las Peñas, al pie del cerro Santa Ana.

Por las noches, grupos de teatro de la calle aprovechan este espacio para ofrecer espectáculos que muchas veces son interrumpidos por los operativos municipales que impiden este tipo de expresiones culturales urbanas.

Desde Pedro Carbo hasta Pichincha y la avenida Simón Bolívar se imponen los edificios del Centro Financiero (antes Banco Central), que por iniciativa del gobierno del presidente Rafael Correa, alberga a todas las entidades del sector financiero estatal.

También están el funcional edificio del Registro Civil, en lo que antes fue el Filanbanco, ícono de la crisis bancaria de 1999, una de las peores de la historia ecuatoriana. Y diagonal, están el antiguo y moderno edificio del desaparecido banco La Previsora, una de las edificaciones más altas y lujosas de la ciudad, evidencia del derroche de ciertos exbanqueros que manejaron de manera desacertada las finanzas de sus instituciones.

El recorrido concluye en el malecón Simón Bolívar, donde el emblemático Hemiciclo de La Rotonda eterniza el encuentro de los libertadores Bolívar y San Martín, en medio de la fresca brisa del caudaloso río Guayas.

Después de disfrutar del cálido clima, del vibrar del comercio, de cautivadores aromas culinarios concluye este encuentro con la historia y el presente de Guayaquil resumido en su principal arteria: la 9 de Octubre.

Tomado de http://www.andes.info.ec