Para las comunidades indígenas del Ecuador y por qué no decir de los Andes a la hora de hablar de cinematografía indígena cabría decir que es un mundo completamente nuevo. En los últimos años se viene desarrollando una revolución de directores y realizadores indígenas que dentro y fuera de Ecuador vienen ya apareciendo con propuestas de sumo interés ya que retratan la vida milenaria de sus comunidades, con todas sus tradiciones dejando entre ver el nacimiento de una manera diferente de hacer cine nativo. Ya sean en formatos de cortometraje, documentales o largometrajes como es el caso de los directores de cine más conocidos a nivel indígena Alberto Muenala de la comunidad de Otavalo que rodó este año pasado su opera prima KILLA ( luna) o del emigrante Salasaca Amaruk Kayshapanta que reside en España y tiene ya una amplía filmografía.

Cañaris, los hijos de la Serpiente

Ahora Amaruk nos presenta una película titulada “KAÑARIS LOS HIJOS DE LA SERPIENTE” proyecto que según Kayshapanta director y guionista nace a pedido de Manuel Choro indígena de la comunidad Cañari ,quien obligado por la necesidad urgente de inmortalizar las historias reales de su comunidad para que no se pierdan, tuvo la idea de buscar quien plasmara los testimonios de un pueblo que según sus propias palabras está muriéndose con sus abuelos, abuelas y con ellos la sabiduría ancestral de los Cañaris . Manuel Choro decidió proponer a Amaruk Kayshapanta para que se solidarizara con esta causa humanitaria, quien aceptó de inmediato y desde hace más de dos meses que vienen rodando las imágenes en la provincia del Azuay con testimonios reales y con una visión educacional antropológica e histórica. Están culminado ya la producción de dicho filme gracias a la aportación altruista de Kipa Films y Pachamama Producciones ya que es su manera de marcar una tendencia cinematográfica , que resulta imprescindible para entender la idiosincrasia de las culturas y sociedades indígenas del Ecuador y de los Andes.

Cine de Ecuador dejando huellas

La industria cinematográfica del Ecuador, que ahora cumple 93 años, con la aparición de directores contemporáneos como Sebastián Cordero con "Rabia" y"Crónicas", Tania Hermida con "Qué tan lejos" entre otras películas, son una referencia de la producción nacional ecuatoriana y sus trabajos influyen muchísimo más en la forma de vida de buena parte de las comunidades indígenas y no indígenas y en algunos países donde están los emigrantes ecuatorianos ya que van quedando huellas de cine ecuatoriano.

El cine indígena del Ecuador también está abriendo sus puertas y ocupando su lugar, aunque tenga un sello muy marcado de forma de hacer las cosas, como dice Kayshapanta "es un estilo propio, un cine pobre igual que en Cuba por falta de grandes recursos tecnológicos, pero tiene un análisis claro donde vivenciamos todos los grandes problemas sociales y antropológicos". Una de las características esenciales de este cine indígena es la diversidad de historias, localizaciones y música, que siempre mezclan con bailes tradicionales con coreografías ancestrales.